Los bomberos guatemaltecos hacen de esta frase todo lo contrario. Siempre andan buscando quien es la victima para hacerlo a un lado. Su profesionalismo no vale nada. Solamente si los bomberos son serviles, valen mucho para sus autoridades. Existe una especie de código de honor o espíritu de su cuerpo que prohíbe los ataques a un colega. La sabiduría popular acuño un dicho para describir ese código de conducta que hay que observar con los colegas: "ENTRE BOMBEROS NO SE PISAN LAS MANGUERAS".
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