Las lluvias que azotaron El Salvador entre la noche del sábado y el domingo cambiaron de golpe la pintoresca estampa de un pueblo de gente humilde y dedicada a labrar la tierra, que se ha convertido en el símbolo de la tragedia que vive este país, donde al menos 144 personas perdieron la vida a causa de esta emergencia.
Los tejados de las pequeñas casas de Verapaz, erigidas sobre las faldas del "Chinchontepec", amanecieron el domingo sepultadas por un gigantesco alud de árboles, rocas y tierra que se desprendió desde el mismo volcán.
Antonio Roque, un pequeño agricultor que perdió su casa y sus cultivos, explicó a Efe que una primera riada inundó en la madrugada del domingo decenas de viviendas, por lo que muchos de sus residentes decidieron abandonarlas y refugiarse en la entrada del pueblo.
Minutos después, la poderosa avalancha arrasó barrios enteros, ganado y cultivos en este hasta entonces apacible pueblo de calles empedradas y rodeado de cultivos de caña y maíz.
De momento, se contabilizan al menos 40 muertos, aunque se sospecha que los desaparecidos podrían ser decenas, según el reporte de los bomberos municipales y voluntarios, miembros del grupo Usar-Guatemala.
"Dios no quiso que nos muriéramos", afirmó Roque, mientras observaba una pala mecánica escarbando en una zona donde se presume que hay personas soterradas.
Indicó que la avalancha acabó con cosechas de maíz, fríjol y caña de azúcar.
Y mientras las máquinas removían toneladas de lodo, Andrea de Jesús Parada, otra de las habitantes de Verapaz, contemplaba entre lágrimas las pocas paredes que quedaron de su vivienda, adonde llegó hace cuatro años.
"Yo me siento destrozada, porque no he recuperado nada de mis cosas", decía la mujer, mientras agradecía a varias personas por haberles llevado alimentos y consuelo.
Parada pidió al presidente salvadoreño, Mauricio Funes, que le ayude a construir su casa, aunque en una zona alejada de Verapaz, poblado que también resultó gravemente afectado durante los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de 2001.
"Somos un pueblo bien humilde y ya con esta tristeza vamos a quedar para siempre marcados", sollozó.
El "Chinchontepec", que tiene unos 2.200 metros de altura y está formado por dos picos, domina el paisaje de la zona central de El Salvador con su imponente verdor.
Pobladores de Verapaz consultados por Efe consideran que la avalancha del domingo fue provocada por la saturación del agua y el debilitamiento de la tierra por los terremotos de 2001.
Según Protección Civil, las lluvias dejaron al menos 144 muertos, 12.930 personas damnificadas, 1.835 viviendas afectadas y 209 destruidas en El Salvador.
La bella estampa que antes dominaba el "Chinchontepec", que, según la leyenda, tiene la forma de una mujer acostada, ahora es una dolorosa huella de desastre y dolor que mantiene heridos los corazones de los salvadoreños.
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