miércoles, 24 de junio de 2009
PINTAN DE AZUL A BARBA AMARILLA
La pintura las ha convertido en falsas serpientes exóticas
Agustín Ortiz
Diario de Centro América
Guatemala.- Los traficantes las venden como mascotas exóticas, los clientes no advierten el peligro e ignoran el impacto ecológico que implica ese negocio.
Hasta hace poco, hablar de mascotas era pensar en un perro o un gato, o quizá en un roedor reproducido en granjas especializadas. Sin embargo, en Guatemala esa tendencia ha cambiado sustancialmente y aquellas compañías tradicionales son ahora desplazadas por animales exóticos, entre los que sobresalen los reptiles y anfibios.
Esos cambios de gustos también han causado impactos a nivel del equilibrio ecológico y en la salud de quienes adquieren estos animales, a los que se agrega la inobservancia implícita de la ley, toda vez que la extracción, transporte y comercialización de la fauna está prohibida, concuerdan expertos consultados.
En Guatemala, una nueva modalidad del tráfico silvestre afecta directamente a las serpientes, advierte Danny Mazariegos, del Centro de Rescate de Reptiles y Anfibios “Antigua Exotic”, donde se registran dos casos de culebras que fueron pintadas para ser vendidas como falsas especies exóticas.
Según Mazariegos, el que a las serpientes se les pinte o se vendan como especies foráneas, engañando a los clientes, supone un problema salúbrico y ecológico. Primero, porque se corre el riesgo de tratarse de especies venenosas; luego, porque al no llenar sus expectativas o fallar en el cuidado, éstas terminan abandonadas.
El último caso se registró el lunes último, cuando personas llegaron a una estación de los bomberos municipales a dejar una serpiente que estaba pintada de azul. Se trata de una barba amarilla. “Desconocemos cual es el fin de pintarlas, pero es un peligro ya que así se dificulta su reconocimiento”, dice el oficial de esa institución, Héctor Chacón.
Kurt Duchez, técnico de Vida Silvestre del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, recuerda que el tráfico de animales es un delito y pintarlos una nueva falta: el maltrato se castiga con penas de 5 a 10 años de cárcel y multas entre Q10 mil y Q20 mil.
Diario de Centro América. NBG
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