Tokio — El tsunami desatado por el terremoto de la víspera en Chile llegó hoy a Japón, Rusia, Australia, Hawai y otras islas en el Pacífico, pero las olas menores de lo esperado llevaron a cancelar un alerta generalizado en varias regiones.
Cientos de miles de personas abandonaron las costas luego que el Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico advirtió a 53 países y regiones que el sismo de magnitud 8,8 había generado un tsunami. El centro retiró el alerta hoy, pero algunas naciones en Asia y Oceanía mantenían vigentes sus propios avisos como precaución.
En Japón, la ola más grande causada por el sismo, de 1,2 metros (cuatro pies) , llegó a la isla norteña de Hokkaido. No había información sobre daños en lo inmediato, aunque algunos muelles quedaron inundados por un rato.
A su paso por el Pacífico, el tsunami sólo impactó ligeramente las zonas más pobladas, incluido Hawai, pero inundó el archipiélago chileno de Juan Fernández, donde mató al menos a cinco personas y dejó 11 desaparecidos.
En un principio, el tsunami generó temor de que habría olas como las que mataron a 230 mil personas en el Océano Indico en diciembre de 2004. Durante ese tsunami, no hubo alertas y sí mucha confusión sobre las olas que se aproximaban a las costas.
En este caso, dijeron los funcionarios, ocurrió lo contrario: el tamaño de las olas y el riesgo no fueron tan grandes como se había pronosticado.
“Esperábamos que las olas fueran más grandes en Hawai, quizás un 50% más grandes de lo que fueron en realidad” , dijo Gerard Fryer, un geofísico del Centro de Alertas. “Vamos a estudiar eso” .
En Japón, se temió que el tsunami pudiera ganar fuerza a medida que se aproximara. Las autoridades pusieron bajo alerta de maremoto a la costa este y ordenaron que cientos de miles de residentes buscaran refugio en zonas de mayor altura, mientras las olas avanzaban a cientos de kilómetros por hora.
El temor en el país asiático no es infundado. En 1960 un sismo en Chile creó un tsunami que mató a 140 personas en Japón y en 1993 murieron más de 200 personas por un maremoto creado por un temblor en la costa japonesa del norte.
Las poblaciones en la costa norte emitieron órdenes de evacuación para 400 mil residentes, informó la red de radio y televisión japonesa NHK. Esta cambió a un estado de emergencia, en el que transmitía mapas con las zonas que corrían mayor peligro y efectuaba constantes pedidos de precaución.
Mientras el tsunami continuaba su avance, la Agencia Meteorológica de Japón dijo que podrían llegar olas de hasta tres metros en las prefecturas (estados) de Aomori, Iwate y Miyagi, aunque las primeras olas fueron mucho menores.
Muchas familias dejaron sus viviendas en auto, pero no se informó que hubiera embotellamientos ni escenas de pánico. Los pescadores aseguraron sus embarcaciones y la policía pidió a la gente que abandonara las playas con sirenas y altavoces.
En Kesennuma, al norte de Japón, el mar inundó las calles costeras por unas cuatro horas antes de retirarse, pero los habitantes no sufrieron mayores consecuencias.
En la mayoría de los lugares afectados, el tsunami no fue grave. El fenómeno llegó a Hawai 16 horas después del temblor en Chile, cuando las autoridades había pasado toda la mañana haciendo sonar sirenas de emergencia y ordenando a los residentes que dejaran las zonas bajas desde aviones con altavoces.
Las playas se vaciaron, los pobladores evacuaron sus mansiones, las tiendas de Waikiki cerraron y los habitantes salieron a comprar provisiones y combustible, pero por la tarde las islas volvieron a ser un paraíso.
Las olas llegaron a California, pero casi no hicieron diferencia en medio de una tormenta. En San Diego, se realizó un torneo de surf como estaba previsto.
En Tonga, donde 50 mil personas se trasladaron a zonas altas antes de la llegada del tsunami, la Oficina de Desastres Nacionales reportó que una ola de dos metros llegó a una pequeña isla norteña, dijo el subdirector Mali’u Takai. No había reportes de daños.
Nueve personas murieron en septiembre en Tonga por un tsunami proveniente de Samoa que barrió con gran parte de una población.
En Samoa, donde murieron 183 personas en ese maremoto, miles de personas se mantenían en las colinas el domingo por la mañana en la isla de Upolu, pero la policía dijo que no había reportes de olas o aumento en el nivel del mar.
Al menos 20 mil personas abandonaron sus hogares en el sureste de Filipinas y se refugiaron en edificios del gobierno o escaparon a las montañas cercanas. Las autoridades provinciales se apresuraron a alertar a los pobladores y preparar planes de contingencia, según el Consejo Nacional de Coordinación de Desastres.
Se ordenó a la armada, a la guardia costera y a la policía que montaran guardia ante una posible evacuación, pero el alerta fue retirado la tarde del domingo.
Indonesia, el país más afectado por el tsunami de 2004, era parte de la zona de alerta el sábado, pero la Agencia de Meteorología y Geofísica dijo el domingo que no había riesgo de maremoto.
En las islas Chatham de Nueva Zelanda, las autoridades reportaron una ola de dos metros. Cientos de personas fueron evacuadas en las ciudades costeras de Gisborne y Napier.
En Australia, la agencia meteorológica canceló el alerta de tsunami el domingo por la noche.
“Las principales olas de tsunami ya han pasado en el territorio australiano” , dijo la agencia.
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