Guatemala, 25 enero (NBG).- Ataques a buses y balaceras en canchas y discotecas, además de cuerpos calcinados de mujeres y asesinatos en supermercados, son muestra de que el hampa ha pasado del ajuste de cuentas a sembrar el terror entre la población, aseguran expertos.
La violencia y el crimen han puesto de rodillas al país en el inicio del 2011, y solo el viernes último perecieron 23 personas a causa de ese flagelo, entre ellas seis mujeres.
Hasta el 23 de enero último, según cifras oficiales, las fuerzas de seguridad reportaban en forma oficial 393 homicidios.
El año recién pasado, durante todo enero, se contabilizaron 365 muertes, lo cual deja una diferencia de 28 muertos, a pesar de que falta una semana para que termine el primer mes del año.
El ministro de Gobernación, Carlos Menocal, aceptó el incremento de sucesos violentos y aseguró que trabajan para contrarrestarlos. “El problema ha sido que sicarios han ido por su objetivo, pero han disparado indiscriminadamente contra otras personas”, señaló.
Argumentó que hechos como los ocurridos en Ciudad Real, zona 12 —donde murieron cuatro personas y 18 resultaron heridas—, en la discoteca Taberna Petapeña y en la iglesia evangélica El Calvario, ambas en San Miguel Petapa —donde perecieron cuatro personas—, y el ataque mortal a un autobús de rutas cortas en Villa Nueva —dejó como saldo un muerto y cinco heridos— no están relacionados.
“Esos han sido ataques directos que han lesionado a muchas personas, pero no tienen nada qué ver entre sí”, explicó el funcionario.
La Policía considera que estas acciones están relacionadas con disputas entre pandilleros.
Según Menocal, el bombazo del 3 de enero en un bus de rutas cortas de Ciudad Quetzal tenía como propósito causar terror, y fue distinto al de las recientes balaceras.
Fuentes consultadas opinan que el repunte de la violencia se podría deber a que el Gobierno se adelantó a reportar como un éxito que haya bajado la tasa de homicidios el año pasado, lo cual no era sostenible porque no ha habido reforma en los aparatos de seguridad del Estado.
“Ni en la Policía ni en inteligencia; en tanto que no existan políticas de prevención, no podemos mejorar la seguridad”, expusieron.
Homicidios y secuestros
Lo que destaca en la mayoría de homicidios es la participación de sicarios, quienes se movilizan con total impunidad. Según las autoridades, estos forman parte del brazo armado de los carteles del narcotráfico, del crimen organizado y las pandillas.
Édgar Guerra, presidente de la Asociación de Usuarios del Transporte Urbano y Extraurbano, indicó que pese a que la Policía ha perseguido a sicarios que atacan a pilotos del transporte urbano, se han trasladado al servicio extraurbano, asaltan a peatones o cometen violaciones.
El coronel retirado Mario Mérida remarcó que los sicarios han actuado con total impunidad en los últimos días.
Grupos interesados
Carmen Rosa De León Escribano, del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible, comentó que la violencia extrema podría estar vinculada con grupos interesados en generar caos y mantener en la población la sensación de inseguridad permanente.
“Creo que será un año muy complicado en materia de seguridad, y esta se ha desbordado en los últimos días”, agregó.
De León señaló que estos actos, así como la expansión territorial de los carteles para manejar política y criminalmente el país en la época electoral, podrían ser parte del escenario que se vive actualmente.
Fuente: Prensa Libre
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