Ginebra, Suiza — Rescatistas y provisiones de emergencia comenzaron a entrar a raudales en Haití procedentes de todo el mundo, pero Naciones Unidas advirtió hoy que los trabajadores de ayuda se enfrentan a grandes desafíos al tratar de localizar a personas atrapadas bajo los escombros o al alimentar a los sobrevivientes hambrientos.
La portavoz de la ONU Elisabeth Byrs calificó al terremoto de Haití de “una pesadilla logística. Es un caos”, agregó.
Las entregas por mar eran imposibles de desembarcar en Puerto Príncipe debido a los daños sufridos por el puerto de la capital haitiana, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El aeropuerto de la ciudad está abierto, pero tiene problemas para ocuparse de las decenas de vuelos entrantes con suministros y rescatistas.
Muchos de los desesperados sobrevivientes del terremoto, que temen que haya más temblores, están ocupando caminos y retrasan el transporte de alimentos y otra ayuda crucial.
La Organización Mundial de la Salud dijo que los fuertes daños sufridos por al menos ocho hospitales en Puerto Príncipe están retrasando la capacidad de los médicos para atender a miles de heridos.
Varios hospitales del área se derrumbaron por el terremoto, pero la organización Médicos Sin Fronteras halló un par en buenas condiciones y está atendiendo a cuantas víctimas pueden.
Las autoridades haitianas pronosticaron una aterradora cifra de más de cien mil muertos tras el terremoto de magnitud 7 que semidestruyó gran parte de la capital Puerto Príncipe.
Hoy partió de Brasil un avión de la fuerza aérea con un hospital de campaña y 46 militares del área de salud, entre médicos y enfermeros, con equipo para un centro quirúrgico, unidad de terapia intensiva, equipo de rayos-x y módulos para atención ambulatoria.
También salió otro avión con 31 bomberos que trabajarán en tareas de rescate y otra nave con 13 toneladas de alimentos y agua. Ayer salieron dos aviones con un total de 21 tolenadas de agua y alimentos.
Brasil lidera la misión de paz de la ONU y tiene el mayor contingente militar en Haití, con mil 266 soldados.
En Vietnam, los líderes asiáticos recordaron hoy sus propias experiencias con desastres naturales al ofrecer ayuda al devastado Haití, como parte de un esfuerzo internacional masivo para aliviar los efectos de la catástrofe.
La devastación en Haití es familiar para Indonesia: un sismo en la costa occidental del país en 2004 desencadenó un maremoto que mató a unas 230 mil personas en 14 países, la mitad de ellas en Indonesia.
“Como país que se ha visto devastado por una situación similar, estamos tremendamente entristecidos por lo que ocurre en Haití”, dijo el canciller Marty Natalegawa en una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en Vietnam. “Instamos a la comunidad de la Asean, incluyendo nosotros, por supuesto, a hacer todo lo que podamos para ayudarles”.
Naciones Unidas dispusieron de 10 millones de dólares de sus fondos de emergencia mientras los trabajadores de la organización internacional y los soldados de mantenimiento de la paz estacionados desde hace tiempo en Haití enfrentaban sus propias pérdidas. La sede central de la ONU en Haití se desplomó y hay por lo menos 16 muertos y 150 desaparecidos.
Los 200 trabajadores de la ONU en Haití trataban de distribuir bizcochos y otros elementos de ayuda, pese a saqueos y la amenaza de violencia en una nación plagada por la anarquía.
La Cruz Roja calculó que unos tres millones de personas necesitan ayuda, desde agua y alimentos hasta alojamiento y agregó que muchos podrían necesitar asistencia durante todo un año.
La movilización mundial para ayudar a Haití se aceleró el jueves cuando un vuelo chino con elementos de ayuda de emergencia aterrizó en Puerto Príncipe. Funcionarios británicos dijeron que rescatistas llegaron a la vecina República Dominicana con perros entrenados y equipo pesado. El grupo debía llegar a Haití hoy por la tarde.
La portavoz de la ONU Elisabeth Byrs calificó al terremoto de Haití de “una pesadilla logística. Es un caos”, agregó.
Las entregas por mar eran imposibles de desembarcar en Puerto Príncipe debido a los daños sufridos por el puerto de la capital haitiana, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El aeropuerto de la ciudad está abierto, pero tiene problemas para ocuparse de las decenas de vuelos entrantes con suministros y rescatistas.
Muchos de los desesperados sobrevivientes del terremoto, que temen que haya más temblores, están ocupando caminos y retrasan el transporte de alimentos y otra ayuda crucial.
La Organización Mundial de la Salud dijo que los fuertes daños sufridos por al menos ocho hospitales en Puerto Príncipe están retrasando la capacidad de los médicos para atender a miles de heridos.
Varios hospitales del área se derrumbaron por el terremoto, pero la organización Médicos Sin Fronteras halló un par en buenas condiciones y está atendiendo a cuantas víctimas pueden.
Las autoridades haitianas pronosticaron una aterradora cifra de más de cien mil muertos tras el terremoto de magnitud 7 que semidestruyó gran parte de la capital Puerto Príncipe.
Hoy partió de Brasil un avión de la fuerza aérea con un hospital de campaña y 46 militares del área de salud, entre médicos y enfermeros, con equipo para un centro quirúrgico, unidad de terapia intensiva, equipo de rayos-x y módulos para atención ambulatoria.
También salió otro avión con 31 bomberos que trabajarán en tareas de rescate y otra nave con 13 toneladas de alimentos y agua. Ayer salieron dos aviones con un total de 21 tolenadas de agua y alimentos.
Brasil lidera la misión de paz de la ONU y tiene el mayor contingente militar en Haití, con mil 266 soldados.
En Vietnam, los líderes asiáticos recordaron hoy sus propias experiencias con desastres naturales al ofrecer ayuda al devastado Haití, como parte de un esfuerzo internacional masivo para aliviar los efectos de la catástrofe.
La devastación en Haití es familiar para Indonesia: un sismo en la costa occidental del país en 2004 desencadenó un maremoto que mató a unas 230 mil personas en 14 países, la mitad de ellas en Indonesia.
“Como país que se ha visto devastado por una situación similar, estamos tremendamente entristecidos por lo que ocurre en Haití”, dijo el canciller Marty Natalegawa en una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en Vietnam. “Instamos a la comunidad de la Asean, incluyendo nosotros, por supuesto, a hacer todo lo que podamos para ayudarles”.
Naciones Unidas dispusieron de 10 millones de dólares de sus fondos de emergencia mientras los trabajadores de la organización internacional y los soldados de mantenimiento de la paz estacionados desde hace tiempo en Haití enfrentaban sus propias pérdidas. La sede central de la ONU en Haití se desplomó y hay por lo menos 16 muertos y 150 desaparecidos.
Los 200 trabajadores de la ONU en Haití trataban de distribuir bizcochos y otros elementos de ayuda, pese a saqueos y la amenaza de violencia en una nación plagada por la anarquía.
La Cruz Roja calculó que unos tres millones de personas necesitan ayuda, desde agua y alimentos hasta alojamiento y agregó que muchos podrían necesitar asistencia durante todo un año.
La movilización mundial para ayudar a Haití se aceleró el jueves cuando un vuelo chino con elementos de ayuda de emergencia aterrizó en Puerto Príncipe. Funcionarios británicos dijeron que rescatistas llegaron a la vecina República Dominicana con perros entrenados y equipo pesado. El grupo debía llegar a Haití hoy por la tarde.
Guatemala, envió un avión de la Fuerza Aérea Guatemalteca con 51 rescatistas para labores humanitarias. Un segundo grupo esta listo para partir con personal de los cuerpos de bomberos que conforman la cuadrilla USAR- Guatemala.
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