Equipos de rescate buscan milagros entre las ruinas
El doctor y bombero municipal,Genraro Bravo se encuentra en Haití
Estos son los hombres que salvar vidas todos los días
Puerto Principe 22 de enero (NBG).- Son 22 hombres para salvar a una sola persona, pero rescatarla con vida en una ciudad sembrada de cadáveres les estimula en la ardua tarea.
A esta tarea se ha sumado el médico guatemalteco, Genaro Bravo, quien además es miembro del Cuerpo de Bomberos Municipales de Guatemala, junto con personal de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
"Hoy es el último día en que creo que podremos encontrar supervivientes, debido sobre todo a la deshidratación", afirma Rami Peltz, miembro del equipo israelí.
Después de haber apuntalado la pared de esta oficina tributaria que amenaza con caérseles encima, los equipos israelíes se abren camino con palas, picos, sierras y taladros hasta la víctima.
El trabajo es laborioso. "Trabajamos centímetro a centímetro", afirma uno de ellos, empapado en sudor tras pasar 10 minutos dentro de la cavidad.
El superviviente resistió cuatro días con un cable de acero en torno al cuello y con una losa atrapándole las piernas, afirma uno de los asistentes médicos, Moshé Sadir.
A su alrededor sólo había cadáveres. Algunas de las personas atrapadas sobrevivieron al terremoto pero fueron falleciendo con el paso de los días.
Es el caso de Nadine, la esposa de Adras Belly, haitiano que trajo a los israelíes hasta este lugar con la esperanza de que le ayudaran a rescatarla. Sin embargo, la mujer ya no respondió a ninguna de las llamadas ni fue detectada por los perros.
Pasados cuatro días del terremoto que convirtió Puerto Príncipe en una capital en ruinas, los cuerpos de rescate extranjeros trabajan repartidos por la ciudad en una carrera contrarreloj para encontrar supervivientes.
En algunos casos, efectivos de la ONU les indican el lugar al que ir, en otros, los habitantes van a buscarlos porque escuchan voces o gemidos entre las ruinas.
Pocas de las historias tienen final feliz y en la mayoría de los casos, el resultado es una gran decepción al encontrar sólo un grupo de cadáveres.
"Las primeras 72 horas son básicas. A partir de ahí, las posibilidades son muy reducidas. Por eso hay que darse prisa", explica José Ignacio Bugella Yudice, jefe del servicio de protección civil de la ciudad española de Getafe.
El equipo español trabaja junto a un dispositivo islandés en un edificio semiderruido en el que sólo los perros podrán identificar algún rastro de supervivientes.
"Sólo los perros confirmarán si hay vida ahí adentro. Después localizamos el lugar y lo hacemos seguro. El rescate puede durar 10 minutos o varias horas", explica Magnus Hakonarson, responsable del grupo de rescate islandés ICESAR.
En el edificio de las telecomunicaciones de Puerto Príncipe, no hubo respuesta a ninguno de los llamados realizados por los expertos de rescate urbano de Costa Rica.
"Los perros no confirman que haya vida, así que sin perder tiempo hay que ir a otro lugar. En este caso una escuela. Creo que hay menos del 3% de posiblidades de encontrar supervivientes en la ciudad", afirma William Hernández, líder del grupo del país centroamericano.
"Tal vez alguna persona de pequeño tamaño, que necesite poco oxígeno, como un niño, puede sobrevivir. Ya ha pasado antes. Pero todo depende del espacio vital que quede y de la condición física de la persona", agrega.
La pregunta que se hacen los equipos de rescate es cuántos días puede una persona aguantar sin beber a una temperatura superior a 30 grados Celsius, como ocurre en estos momentos en Haití.
"Algunos acaban muriendo de sus heridas, deshidratados o de traumas cerebrales", afirma Andrés Madrigal, de la misión de Costa Rica. En otros casos, como el de Jules, el deseo de vivir fue más fuerte que todo.
"Sólo decía eso cuando pudimos verlo al fondo del agujero: 'Quiero vivir, no se vayan'", afirman los equipos de rescate israelíes.
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