Copiapó, Chile, 12 Octubre (NBG).- “Estamos esperando iniciar el proceso de rescate a partir de las 00.00 horas locales del miércoles” (03.00 horas GMT y 21 horas de hoy para Guatemala), anunció el ministro chileno de Minas, Laurence Golborne.
Informó que ayer la cápsula que se usará para sacar a la superficie a los mineros bajó 610 metros sobre los 622 metros del ducto para una prueba y no tuvo ningún problema.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, advirtió sobre posibles ataques de pánico durante el ascenso. “Esto se puede producir porque subirán en un vehículo que se desplaza por roca viva y cuyo flujo no es simétrico, además soportando vapor de agua con una temperatura de 30 grados”, citó.
“Los mineros lloraron ante su inminente rescate”, contó Alberto Segovia, hermano de Darío Segovia, uno de los 33 mineros que quedaron sepultados en la mina el 5 de agosto por un derrumbe.
A la espera de un operativo exitoso, los familiares ya preparan el gran recibimiento de sus 33 héroes, 32 chilenos y un boliviano, en el campamento Esperanza, ante cientos de periodistas.
El trayecto en la cápsula hacia la superficie, sumado al tiempo para que baje a buscar a otro minero tardará alrededor de una hora, por lo que se estima que será necesario un día y medio para completar la operación de rescate. Para ayudar a los mineros bajarán a su encuentro cuatro socorristas.
Una vez en la superficie, los que se encuentren en buen estado, pasarán unas horas con su familias para el ansiado reencuentro y de ahí partirán en un vuelo de pocos minutos en helicóptero al hospital de Copiapó, para una revisión médica.
Hasta ahora, solo se ha anunciado que el último evacuado será el jefe de turno, Luis Urzúa, de 54 años, que lideró el grupo durante el encierro.
Riesgos
El ascenso, a través de un ducto de 622 m de largo y 66 cm de diámetro, tiene sus riesgos por la posibilidad de desprendimiento de rocas, pero también por la carga psicológica que implica esta operación, “pero hay planes para enfrentar estos problemas”, indicó André Sougarret, jefe del operativo.
“Ésta es una operación histórica. Nunca en el mundo había habido una operación de un rescate tan profundo, tan difícil como ésta”, dijo Gerardo Jofré, que lideró las labores de rescate.
“Los mineros lloraron ante su inminente rescate”, contó Alberto Segovia, hermano de Darío Segovia, uno de los 33 mineros que quedaron sepultados en la mina el 5 de agosto por un derrumbe.
A la espera de un operativo exitoso, los familiares ya preparan el gran recibimiento de sus 33 héroes, 32 chilenos y un boliviano, en el campamento Esperanza, ante cientos de periodistas.
El trayecto en la cápsula hacia la superficie, sumado al tiempo para que baje a buscar a otro minero tardará alrededor de una hora, por lo que se estima que será necesario un día y medio para completar la operación de rescate. Para ayudar a los mineros bajarán a su encuentro cuatro socorristas.
Una vez en la superficie, los que se encuentren en buen estado, pasarán unas horas con su familias para el ansiado reencuentro y de ahí partirán en un vuelo de pocos minutos en helicóptero al hospital de Copiapó, para una revisión médica.
Hasta ahora, solo se ha anunciado que el último evacuado será el jefe de turno, Luis Urzúa, de 54 años, que lideró el grupo durante el encierro.
Riesgos
El ascenso, a través de un ducto de 622 m de largo y 66 cm de diámetro, tiene sus riesgos por la posibilidad de desprendimiento de rocas, pero también por la carga psicológica que implica esta operación, “pero hay planes para enfrentar estos problemas”, indicó André Sougarret, jefe del operativo.
“Ésta es una operación histórica. Nunca en el mundo había habido una operación de un rescate tan profundo, tan difícil como ésta”, dijo Gerardo Jofré, que lideró las labores de rescate.
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