Pekin, 23 de marzo (NBG).- Tormentas de arena cubrieron ayer, por segundo día consecutivo, ciudades chinas con una nube de polvo y grava, impulsadas por vientos que transportan la polución fuera del territorio continental hasta lugares vecinos como Hong Kong o Taiwán.
Las tormentas demuestran los efectos de la desertificación: un exceso de pastoreo, deforestación, crecimiento urbano y sequía han expandido los desiertos en el norte y oeste de ese país.
La isla de Taiwán era azotada ayer por la tormenta de arena más fuerte de los últimos 25 años, lo que ha desencadenando una fuerte contaminación y ha aumentado el número de pacientes en los hospitales.
Los médicos taiwaneses han recomendado a los afectados por enfermedades respiratorias no salir a la calle.
Los conductores se quejaban de que sus vehículos quedaron cubiertos con una capa de hollín negro en tan solo 10 minutos.
En Hong Kong, funcionarios del Departamento de Protección Ambiental informaron que los niveles de polución aumentaban a medida que la tormenta avanzaba hacia el sur.
Unas 20 personas de edad avanzada tuvieron que ser asistidas por médicos debido a dificultades para respirar, reportó la radio RTHK.
Se espera que la última tormenta golpee hoy Corea del Sur, declaró Kim Seung-bum, de la agencia meteorológica de esa nación asiática.
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