Guatemala (NBG).- El
Benemérito Cuerpo de Bomberos Municipales de Guatemala, La Coordinadora
Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) y los Bomberos ASEI de Antigua
Guatemala, mantienen izada a media asta la bandera nacional y de las entidades
de socorro por la muerte del comandante ejecutivo, Mayor Jorge Alberto García
Molina.
Molina
fue sepultado el sábado en el camposanto La Colina en la zona 12 a donde
llegaron sus compañeros socorristas quienes le rindieron los honores respectivos
y lo trasladaron en la unidad B-11 por las principales calles del centro
histórico, Avenida Elena, Avenida Bolívar a la segunda estación donde lo
esperaban sus compañeros bomberos.
Luego
enfilaron por la 7ª. Avenida de la zona 12 a un templo católico donde hubo una
misa de cuerpo presente para después realizar su recorrido por la Avenida Pétapa
hasta el camposanto donde fue sepultado.
Todos
sus amigos lloraron la pérdida irreparable del comandante Molina quien estuvo
al frente de esta entidad por 10 años y quien tenía 32 años de ser bombero
profesional.
La
noche del viernes, bomberos municipales cercanos a su persona hicieron valla de
honor y le rindieron homenaje en la funeraria a donde acudió su amigo el
comandante Oscar Bonilla y todos sus compañeros que lo quisieron en vida.
Muchos
bomberos lloraron al comandante Molina. Al filo de las 11 de la noche los
Bomberos Voluntarios y la Cruz Roja le llevaron un arreglo floral.
Luego
los Bomberos Municipales se acercaron para rendirle los honores respectivos a
pesar que en todo el día no se habían acercado y ante la presión de la
concurrencia y los bomberos de la vieja guardia llegaron a la funeraria donde
era velado.
Molina
era querido por todos los bomberos y en la actualidad era el director de la
escuela de capacitación de la Coordinadora Nacional para la Reducción de
Desastres (Conred) cuyo director ejecutivo, Alejandro Maldonado, le dio el
pésame a su familia.
Bomberos
ASEI (Asociación de Salvamento y Extinción de Incendios), llegaron a
reconfortar a la familia e hicieron la valla de honor conjuntamente con
bomberos municipales de la vieja guardia que convivieron con él y pasaron
muchas aventuras al lado de su amigo a quien apodaban con todo cariño, “El Lobo”.
Los
socorristas llevaron en hombros a su amigo y comandante hasta el lugar donde lo
sepultaron donde entonaron la oración del bombero y le entregaron la bandera de
Bomberos Municipales a su hijo.
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