SOUTH WINDSOR, Connecticut, EE.UU. (NBG) — Una de las nevadas más tempraneras que se recuerden arrojó hasta 75 centímetros (30 pulgadas) de nieve sobre el noreste de Estados Unidos, derribó árboles, provocó cortes de electricidad y obligó a cancelar las clases el lunes para miles de alumnos.
Numerosas comunidades desde Maryland hasta Maine que sobrellevaron un crudo invierno el año pasado, seguido por tormentas e inundaciones, volvieron a abrir refugios, a cerrar caminos y a suspender o demorar el transporte público.
Los efectos de la tormenta probablemente seguirán haciéndose sentir hasta después que se derrita la nieve. Se anticipaba que las temperaturas empezarían a subir el lunes, dijo el Servicio Meteorológico Nacional.
La tormenta de nieve provocó una precipitación récord para octubre y se intensificó al avanzar hacia el norte. Las comunidades en el este de Massachusetts estuvieron entre las más afectadas. Se declaró estado de emergencia en Connecticut, Massachusetts, Nueva Jersey y partes del estado de Nueva York.
La tormenta obligó a las empresas de electricidad a movilizarse para restablecer el suministro a más de tres millones de viviendas y negocios. Para el lunes temprano, el número de usuarios sin electricidad seguía por encima de los dos millones.
Pero las autoridades en algunos estados advirtieron que podrían tardar días en restablecer el servicio, aunque trajeron cuadrillas de trabajadores desde Michigan y Canadá.
Los árboles, ramas y postes del tendido eléctrico seguían obstruyendo caminos y líneas ferroviarias en la región. Algunas localidades cancelaron o postergaron las actividades del día de Halloween (brujas), temerosos de que los niños que hacen disfrazados las rondas por los vecindarios en busca de golosinas puedan aventurarse por zonas con líneas de electricidad en el suelo o árboles tambaleantes.
"Con tantos cables derribados, las aceras no serán seguras para los peatones el lunes por la noche", dijo el alcalde de Danbury, Mark Boughton, al periódico The Hartford Courant.
En Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie declaró que el daño a los servicios públicos fue peor que el causado por el huracán Irene en agosto. La situación era similar en Connecticut, donde los 800.000 usuarios que se quedaron sin electricidad fueron más que los damnificados por Irene. AP
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