Mario Cruz, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, indica que ellos cuentan con equipo sofisticado para contrarrestarlo.
Señala que tienen suficiente recurso humano como personal entrenado, paramédicos, elementos de búsqueda y rescate y técnicos en atención prehospitalaria. En cuestión de equipo, las diez compañías de la capital tienen dos motobombas y un cisterna con capacidad de transportar e impulsar 4 mil galones de agua.
También poseen seis auto escalas (camión con escaleras hidráulicas para atender una emergencia en el décimo piso de un edificio), y tres “esnorkel” (vehículo con capacidad para impulsar el agua y una canasta para transportar a un bombero para que combata el incendio desde una altura de diez pisos).
Pero un problema lo constituyen los hidrantes. “Los que existen están de adorno, casi nunca funcionan. Algunos edificios tienen propios, pero rara vez están en servicio. Tampoco tienen la presión adecuada para impulsar el agua”.
Por aparta los Bomberos Municipales, señalan que ellos tambien son profesionales y conocen las tácticas para sofocar incendios de grandes magnitudes en edificios públicas y privados.
Todos somos Conred
Ante la imposibilidad de supervisar que las construcciones de establecimientos como restaurantes, supermercados o centros comerciales, entre otros, cuenten con las salidas de emergencia adecuadas, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) trabaja en capacitar al personal de los edificios públicos sobre cómo evacuar en caso de emergencia.
Esto también se hace a través del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), en los hoteles para que aprendan a utilizar los extinguidores y sepan cómo dirigir a los huéspedes para desocupar el inmueble.
Alma Hernández, encargada de Planificación de la entidad, explica que mediante el programa Toda Guatemala somos Conredse busca generar conciencia entre los participantes, a fin de prevenir accidentes y siniestros.
Uno de los problemas que existen al momento de evacuar al personal, advierte Andrés Casasola, coordinador de la Dirección General de Caminos, es que las puertas de emergencia permanecen cerradas o con barrotes para evitar que sean utilizadas por la delincuencia.
“No existen reglas de edificación para planificar salidas de emergencia; es una responsabilidad ética”, concluye Casasola.
El Periodico y NBG
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