Guatemala (NBG).- Más de dos mil familias que residen en 18 comunidades de Santa Rosa y Jutiapa aún permanecían incomunicadas ayer, de acuerdo con Bomberos Unidos Sin Fronteras.
Pese a que el sol calentó de nuevo el territorio nacional y el agua dejada por una semana de lluvia constante empezó a ceder, aún muchas carreteras siguen bloqueadas y en mal estado.
“Mi esposa empezó con dolores de parto en la mañana, y le tienen que hacer cesárea. Nos angustiamos porque no podíamos salir para llevarla al hospital, porque todas las carreteras siguen inundadas, y ni por lancha nos podemos mover”, comentó con preocupación Víctor Alvarenga, un pescador de El Chapetón, Santa Rosa.
Su esposa fue rescatada de la comunidad y trasladada a Chiquimulilla en helicóptero, de donde fue llevada en automóvil al hospital.
“El mar no me da miedo, pero esto sí; además, tengo mucho dolor...”, dijo con dificultad Gilma García, quien contó que este era su sexto hijo y que el más pequeño tenía 13 años.
“Le vamos a llamar Victoria”, comentó con esperanza el pescador, mientras trataba de infundir valor a su cónyuge.
Gladys Enríquez, pobladora de la misma comunidad, indicó que aún esperan apoyo gubernamental, y que necesitan agua potable y alimentos.
Entre las localidades más afectadas figuran La Danta, El Aguacate, La Mocha, La Rubia, en Jutiapa y Santa Rosa.
Puente aéreo
El rescate de García se realizó en uno de los 14 helicópteros privados prestados y piloteados por socios del Aeroclub de Guatemala y uno más del Ejército, que establecieron un puente aéreo con las comunidades aisladas.
Por la mañana se distribuyeron unas 40 mil libras de alimentos y agua que fueron entregados en el centro de acopio organizado en el Aeroclub.
“Durante la semana hemos entregado el equivalente a un millón de tiempos de comida, y hoy —ayer— se hicieron 73 vuelos”, comentó Jaime Matus, coordinador de la operación por parte de esa entidad. Añadió que se prevé que hoy continúen los vuelos.
La logística y estrategia de la entrega estuvo a cargo de la Tercera Brigada del Ejército, en Jutiapa.
“La situación ha sido muy difícil, ha llovido toda la semana y hay lugares donde no podemos llegar por tierra. Hace unos días llovió durante 36 horas seguidas, y me preocupé porque pensé que no podríamos rescatar”, afirmó David Barrientos, segundo comandante de esa brigada.
Refirió que para evacuar a los pobladores se usaron lanchas inflables, y como se carece de motores fueron jaladas por soldados a quienes el agua les llegaba al pecho. Se logró rescatar a cerca de 150 personas.
“Hay casas semidestruidas con inundación de hasta metro y medio, infraestructura dañada; murieron animales y algunos de los evacuados estaban enfermos con micosis —hongos— y molestias intestinales”, comentó Sergio Brol, teniente coronel del Ejército coordinador del envío de ayuda en El Obraje, Pedro de Alvarado, Jutiapa.
Mientras eso se desarrollaba, tres delegados de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres observaban de lejos, en un picop con antena parabólica.
Al ser consultados los referidos delegados sobre su función en el lugar, afirmaron que era para actualizar los datos; sin embargo, no tenían idea de la cantidad de víveres trasladados o las comunidades visitadas, ni el número de aeronaves que trabajaba en la región
Fuentes: PL, NBG, Conred y BUFS
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