China, 14 de abril (NBG).-  Al menos 400 personas han muerto, diez mil han  resultado heridas y  muchas otras permanecen sepultadas tras el terremoto de 7.1 grados que  sacudió este miércoles la provincia occidental china de Qinghai.          
              Cuadrillas  de rescate busca a vítimas del fuerte sismo.(AP)
El sismo, con una profundidad de 33 kilómetros, se produjo a las  7:49 hora local (23:49 GMT del martes), según la Administración China de  Terremotos, y su epicentro se localizó a 33.1 grados latitud norte y  96.7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la prefectura  autónoma tibetana del mismo nombre, y que tiene una altitud de más de  4.000 metros.
"Las casas aquí están hechas de madera y las paredes son de barro,  por lo que algunas viviendas se vinieron abajo con el terremoto",  agregó el subdirector del departamento de noticias de la televisión  local.
En la ciudad de Jiegu (Gyegu en tibetano), una de las zonas más  afectadas por el seísmo, con una población de cien mil personas y donde  se encuentra el gobierno del distrito, el 85 por ciento de las viviendas  quedaron destruidas, explicó Zhuohuaxia, un portavoz del servicio  provincial de emergencias de la zona.
"En las calles reina el pánico y están atestadas de gente con  heridas en la cabeza", relató.
Uno de los policías que participa en las labores de rescate  aseguró que alumnos de escuelas primarias locales se encuentran entre  las víctimas, pero el número todavía se desconoce.
El oficial declaró a la prensa que, por el momento, "tenemos que  emplear nuestras manos para retirar los escombros, ya que no tenemos  grandes máquinas excavadoras".
Para Kang Zifu, un alto cargo del ejército que participa en la  operación de rescate "lo primero es salvar a los estudiantes. Las  escuelas son lugares en los que siempre hay mucha gente".
"Las clases no habían comenzado. Los alumnos que salieron  corriendo de sus dormitorios están vivos, pero aquellos que no lograron  escapar a tiempo permanecen sepultados", sentenció uno de los profesores  de la Escuela Primaria de Yushu, un internado que cuenta con un millar  de estudiantes.
La prensa señala que han tenido lugar al menos 18 réplicas, la más  grande de 6.3 grados de magnitud una hora y 36 minutos después del  principal seísmo.
Casas, templos, gasolineras, postes eléctricos han sido  derribados, además de producirse deslizamientos de tierra, daños en las  carreteras y cortes en los suministros eléctricos.
Cerca de 700 soldados trabajan en las tareas de desescombro y ya  han rescatado a más de 900 personas, afirmó un portavoz de la Oficina de  Emergencia Provincial de Qinghai. Además, otras cinco mil personas,  entre militares y personal médico, han sido enviados a la zona.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Civiles anunció en un  comunicado que ha enviado cinco mil  tiendas de campaña, 50 mil abrigos y  50 mil mantas a la zona.
El comandante del Ejército de Liberación Popular (ELP) de la zona  militar de Yushu, Wu Yong, señaló que están instalando tiendas de  campaña y transportando oxígeno para ayudar a los heridos, pero "las  frecuentes réplicas y los fuertes vientos dificultan las operaciones",  así como también el hecho de que "las carreteras que conducen al  aeropuerto también han resultado dañadas".
Además, Liu Jie, del Centro de Red Sismológica de China, argumentó  que "se pueden producir réplicas superiores a 6 grados en los próximos  días".
Por el momento, el gobierno chino ya ha anunciado que ha destinado  29.3 millones de dólares en ayuda.
Qinghai, habitada por tibetanos, mongoles, hui (musulmanes) y  chinos de la etnia mayoritaria han fue una de las zonas afectadas por el  seísmo que en mayo de 2008 sacudió el norte de la vecina provincia de  Sichuan, que dejó cerca de 90 mil muertos y desaparecidos. El de hoy es  el peor seísmo ocurrido en China desde entonces.
La provincia es conocida, entre otras cosas, porque en ella nació  el actual Dalai Lama, porque brotan tres de los principales ríos de Asia  (el Yangtsé, el Amarillo y el Mekong) y porque para los tibetanos en el  exilio formaría parte del "Gran Tíbet" que ellos reclaman.
        El oeste de China, con grandes cadenas montañosas como el  Himalaya, es una zona de frecuentes de terremotos, aunque muchos de  ellos se producen en áreas poco pobladas o deshabitadas. 

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