Guatemala, 26 de marzo (NBG).- Cuando el reloj marcó ayer  las 7.50 horas, el  personal del Hospital San Juan de Dios  comenzó a movilizarse  como si    tuviera que     atender en forma simultánea una situación imprevista  por un ficticio terremoto, una amenaza de bomba y a las 150 víctimas del  choque entre dos autobuses.
                                                            
                                         Los tres simulacros   se efectuaron en el momento de mayor  afluencia de pacientes,  lo cual  evidenció  problemas de coordinación y  comunicación interna para cubrir tragedias   de gran magnitud.
 En el caso del accidente ficticio, según la previsión, tenían que  darse abasto para dar atención a 23 personas en estado crítico, 34 con  lesiones leves, retirar a 16 muertos  y dar de alta al resto.
 Se pretendía   determinar la reacción del personal médico y  paramédico,  que normalmente tiene capacidad para atender a entre 40 y  70 pacientes.
 En cuanto al terremoto y la amenaza de bomba, el objetivo era  evaluar la capacidad para evacuar al personal y a todos los enfermos.  Sin originar pánico,  médicos y paramédicos invitaban a los pacientes a  salir del nosocomio.
En 15  minutos, unos mil 300 pacientes de consulta externa  se  vieron de pronto en la calle, debido a la evacuación generalizada.
 Los cuerpos de socorro lograron sofocar brotes fingidos de  incendios en el edificio.
 Conclusiones
Estos simulacros simultáneos permitieron concluir en     que el  ingreso de ambulancias se dificulta por los   automóviles estacionados  en las cercanías  del hospital. La evacuación también fue difícil por   las  ventas informales situadas  en los accesos. 
Otra debilidad detectada fue  la falta  de comunicación  interna y   con el resto de instituciones involucradas   en la atención de   desastres, refirió  Edwin Bravo, médico y coordinador del Comité de  Gestión de Riesgo. 
“En caso de que la tragedia fuera real,  tronamos.  Por ello se  requiere  mantener una constante comunicación y planes de riesgo,  para  reducir los desastres”, afirmó. 
El simulacro no fue avalado por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).PL-NBG

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