miércoles, 20 de enero de 2010

Latinoamérica es vulnerable a terremotos

Bogotá - El arrasador Terremoto de Haití ha puesto en alerta a países latinoamericanos y del Caribe que se cuentan entre los más expuestos a terremotos en el mundo y también los más vulnerables por sus miles de tugurios construidos alrededor de cerros y ríos.

El mapa sísmico no deja lugar a duda: una línea roja recorre el continente de sur a norte, bordeando sus costas pacíficas para llegar hasta el Caribe. En su devastador camino se encuentran Santiago, La Paz, Lima, Quito, Bogotá, Caracas y todos los países centroamericanos.

Desde hace una semana, se han despertado dolorosos recuerdos: el del temblor que mató a cerca de 70 mil personas en el norte de Perú el 31 de mayo de 1970, o el del sismo de la madrugada del 4 de febrero de 1976 en Guatemala, causante de 25 mil muertos y 3.5 millones de damnificados.

El continente también tiene su récord mundial del más intenso terremoto jamás registrado, de 9.5 grados en la escala de Richter, que se produjo el 22 de mayo de 1960 en la ciudad de Valdivia (840 km al sur de Santiago de Chile) y causó tres mil muertos.

Nada extraño desde un punto de vista geológico: en la región varias placas tectónicas oceánicas se introducen debajo de la corteza continental, que a su vez es atravesada por diversas fallas.

Por ejemplo, en el Pacífico, “la placa (oceánica) de Nasca, se introduce hasta 700 km por debajo de la placa continental”, explica Estella Minaya, directora del Centro Regional de sismología para America del Sur. “En algún momento aumenta su velocidad, y eso genera ruptura y desplazamiento”, agrega.

La zona más expuesta actualmente, añade la especialista, “va del sur de Perú al norte de Chile”, por la falta de ocurrencia reciente de un terremoto de gran magnitud: “se va acumulando energía hasta que eso va a estallar”.

Riesgos en Guatemala
En Guatemala, las autoridades también advierten sobre los riesgos crecientes, especialmente el director del Instituto de Sismología, Eddy Sánchez, quien ha dicho que regularmente después de 30 años existen grandes descargas de energía, cuyo tiempo ya venció.

¿Qué hacer? Tras el sismo de Haití, causante de al menos 70.000 muertos, surge de nuevo la pregunta sobre el nivel de preparación.

En la mayoría de los países, especialistas y funcionarios indican que se organizan con frecuencia simulacros de terremotos, se dispone de estaciones de monitoreo y de normas de edificación antisísmica, pero no sin insuficiencias para proteger a los 586 millones de habitantes de la región, más del 75 por ciento de ellos urbanos.

“En Chile, Colombia o Perú, hay reglamentación para que las viviendas soporten ese tipo de terremotos, pero por ejemplo en Bolivia no hay control (sobre su aplicación, ndlr) y la mayor parte de la población está en zonas de vulnerabilidad”, afirma la ingeniera Minaya.

También en Bogotá, ciudad con riesgo sísmico intermedio donde viven millones de desplazados en edificaciones artesanales construidas en la veredas, más del 80 por ciento de las viviendas no cumple con normas sísmicas, según especialistas.

En Ecuador “existen construcciones irregulares en todo el país y eso es fuente de peligro”, asegura Mario Ruiz, jefe de sismología del Instituto geofísico de Quito.

Lo mismo ocurre en Venezuela donde “más de la mitad de la población vive en viviendas humildes sin capacidad para resistir un terremoto y más del 60 por ciento habita, a su vez, en zonas de riesgo sísmico”, según Carlos Genatios, experto en ingeniería estructural y sismorresistente.

Los especialistas insisten en la necesidad de recordar reglas básicas de prevención y en la llamada “microzonificación”.

Esta técnica, que consiste en documentar muy localmente el riesgo sísmico y el tipo de suelo, permite definir con mucha más eficacia la construcción adecuada, casi a nivel de barrios, y así limitar los daños, precisa Estella Minaya.



Pero según los expertos, falta aún mucho camino para el “riesgo cero”.

“Ningún país en el mundo está realmente preparado para los peligros que representa un sismo”, admite el director de sismología del Instituto geofísico de Perú, Hernando Tavera.

“En definitiva, nadie está moderadamente preparado ante un fenómeno como estos”, dice también la subdirectora del Instituto colombiano de geología y minería, María Calvache

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